En esta oportunidad se presenta sólo unos instantes festivos de los muchísimos que podría exhibir, reside en la atmósfera creada por los óleos, los cromatismos y la luz, los diferentes tonos y matices en torno a la danza y su aureola eufórica.
Los carnavales cajamarquinos, en esta ocasión han sido privilegiados, por su colorido y expansión y porque el autor ha nacido en la ubérrima Cajamarca. El espíritu de nuestras danzas, es tan vital que recorre cuerpos y almas, tiñendo de color y optimismo tanto a danzarines como a visitantes, contagiando en su consagración festiva a espectadores y público en general. Tal es el secreto deseo del pintor que espera haberlo conseguido.
Los carnavales cajamarquinos, en esta ocasión han sido privilegiados, por su colorido y expansión y porque el autor ha nacido en la ubérrima Cajamarca. El espíritu de nuestras danzas, es tan vital que recorre cuerpos y almas, tiñendo de color y optimismo tanto a danzarines como a visitantes, contagiando en su consagración festiva a espectadores y público en general. Tal es el secreto deseo del pintor que espera haberlo conseguido.
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