"Entre gustos y colores no han escrito los autores". La muestra tiene intención de ofrecerles fotografías de varios lugares u ocasiones turísticas, de mayor resolución de las que normalmente se consiguen en el ciberespacio, si aún desean de mayor resolución, no duden de solicitarlo, gracias
Saludamos a todas las personas involucradas en una ú otra forma en la Electrificación Rural y Amigos, ex trabajadores y socios de la Ex Cooperativa Eléctrica Comunal N| 127, que administraba, mantenía, comercializaba y operaba la distribución eléctrica entre casi los 10,000 socios usuarios ubicados en parte de los pueblos del Valle del Mantaro, Junín, Perú, tal como fue creada por el Ex Presidente de la República el arquitecto Fernando Belaunde Terry y que posteriormente se convierte de una empresa solidaria e inclusiva sin fines de lucro a ser parte de la burocracia estatal, echándose asi por tuierra todas las actividades y obras solidarias en beneficio contra la pobreza y solidaria; una vez mas mostramos solo un botón de recuerdo con la esperanza de continuar en un futuro cercano con la inteligencia y sabiduría de un próximo gobierno. Gracia y ¡¡Feliz Día !!
INFORME SOBRE EL PROYECTO PILOTO DE ELECTRIFICACIÓN RURAL DE LA 1a ETAPA DEL VALLE DEL MANTARO, DPTO. DE JUNÍN, PERU:
Mientras nuestros gobiernos ven como un estigma a las Cooperativas, mostramos una parte muy pequeña de las facilidades que otros gobiernos hacen por las Cooperativas:
COP26: Bogotá lidera el cambio hacia una ciudad verde en Latinoamérica
Captura de pantalla de vídeo Claudia
López, la alcadesa de Bogotá, Colombia, y miembro del grupo de ciudades
C40, llegó a la COP26 para presentar las medidas que llevan en Bogotá
para reducir el calentamiento global y para reclamar más compromiso y
financiación.
La
pregunta no es si la humanidad va a vivir o no en ciudades; sino, si va a
vivir en ciudades más sostenibles, inclusivas y verdes.
Alcaldes
de diversas ciudades de todo el mundo han asistido a la Conferencia
sobre el Cambio Climático, la COP26, que se celebra en Glasgow estas
semanas. Forman parte del grupo de acción climática C40 y llegaron a la
cumbre con sus planes locales para frenar el calentamiento global, pero
también con un mensaje claro para los gobiernos nacionales y las
corporaciones: piden compromisos firmes de actuación y financiación para
llevar a cabo la transición que esta red ya ha iniciado desde sus
ciudades.
Con
motivo del Día de las Ciudades, que se celebra este jueves en la
Conferencia sobre el Cambio Climático, Noticias ONU ha entrevistado a la
alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que es presidenta del grupo de
regidores que luchan contra el calentamiento global C40 y la primera
mujer en llegar a la alcaldía de la capital colombiana.
Ella, al igual que los 1049 alcaldes del grupo, practican con el
ejemplo. Desde sus ciudades ya están tomando medidas para mitigar y
adaptarse al cambio climático, con disposiciones que van desde la
transformación del transporte público a la gestión de residuos, pasando
por la reedificación para crear urbes más verdes e inclusivas.
Claudia López lo tiene claro, los gobiernos locales y los ciudadanos
de Bogotá están haciendo su parte. Los bogotanos están cambiando sus
modos de vida para hacer posible los planes de acción climática que se
llevan a cabo desde la alcaldía. Bogotá fue la primera ciudad
Latinoamérica en declarar la emergencia climática desde las filas de la
política.
La alcaldesa está determinada a llevar a cabo una transformación del
sistema de transporte público que permita reducir a la mitad las
emisiones. De tener una red única de autobuses, ha pasado a tener cinco
líneas de metro, dos trenes regionales, siete cables y una larga flota
de autobuses eléctricos. Ostenta el título de capital mundial de la
bicicleta y cuenta con 560 kilómetros de ciclorrutas.
La alcaldesa tiene también como objetivo mejorar la gestión de
residuos sólidos, que permita transformar estos residuos en energía
limpia. Asimismo, la ciudad de Bogotá está en vías de aprobar un plan de
ordenamiento territorial que permitirá la transición hacia una ciudad
verde.
Noticias ONU: ¿Cuál es el mensaje que ha traído a COP26?
Claudia López: Vinimos aquí a liderar con el
ejemplo, a mostrar nuestros planes de acción climática, a demostrar que
los gobiernos locales estamos realmente atendiendo las demandas y las
necesidades de la gente, de inclusión social y de cambio verde. Pero
también a pedirle a los gobiernos nacionales y las corporaciones
globales que hagan su parte del trabajo.
Nuestros ciudadanos están transformando sus actos de vida, nuestros
ciudadanos están pagando sus impuestos a nivel local y nos han apoyado
para que tengamos muy ambiciosos planes de acción climática, para que
las metas del cambio climático no las cumplamos al 2050, sino, ojalá, a
máximo el 2035.
Cinco países, gobiernos nacionales en el mundo, contribuyen con cerca
de la mitad de las emisiones, cinco, no quinientos. Esos cinco de
verdad tienen que hacer un compromiso de cumplimiento de sus planes de
acción climática y también, tanto corporaciones como gobiernos
nacionales, deben comprometerse a financiar la transición climática que
estamos haciendo desde las ciudades.
Esperamos que el compromiso de 100.000 millones de dólares anuales en
transformación climática se cumpla para que las metas de transformación
que mitiguen y se adapten al cambio climático no pasen al 2050, sino
antes del 2035.
Noticias ONU: Ha hablado de un gran compromiso que es histórico para la Conferencia sobre el Cambio Climático. ¿Cuál es ese compromiso?
Claudia López: Es la primera vez, en la COP, después de casi 30 años en la que los gobiernos locales decidimos unirnos y traer nuestra voz.
A través de C40, logramos que más de 1049 alcaldías en el mundo
vinieran, no solo a comprometerse, si no a mostrar sus planes. De esas
1049 ciudades en el mundo, 330 están en Latinoamérica y 15 en Colombia.
Somos gobiernos locales que tenemos planes de acción climática,
transformación de nuestros sistemas de transporte público a energías
limpias y sostenibles; transformación de nuestros sistemas de manejo de
residuos sólidos para producir energía; transformación de la
construcción de edificios y ciudades en ciudades más verdes e
inclusivas.
De manera que ese compromiso nunca había existido en ninguna COP.
Insistimos lo que queremos es mostrar que, con nuestras acciones,
estamos hablando menos, haciendo más y que, por lo tanto, necesitamos
que el dinero venga a donde las demandas y las necesidades están, que es
al nivel local y de las ciudades.
Noticias ONU:Específicamente en Bogotá, ¿qué medidas están tomando en esta lucha contra el cambio climático?
Claudia López: Bogotá tiene una transición muy
afortunada en este momento. La principal razón por la que Bogotá está
cambiando es porque sus ciudadanos están cambiando, están apoyando
políticas de inclusión social, y de transformación energética.
Por ejemplo, fue la primera ciudad en Latinoamérica en declarar
emergencia climática por acuerdo político logrado en el consejo de la
ciudad, donde todas las fuerzas políticas, independientemente de su
ideología, nos comprometimos a declarar emergencia climática y a fijar
metas e inversiones públicas que permitan que Bogotá reduzca en un 15%
sus emisiones en el 2024 y por lo menos en un 50% en el 2035. Y a ser
carbono neutral en el 2050. En el caso de Bogotá, hay por lo menos
cuatro áreas muy importantes.
La primera es transformación de nuestro transporte público, de un
sistema unimodal, basado en buses diésel, a un sistema multimodal con
cinco líneas de metros, dos trenes regionales, siete cables; la flota
eléctrica de buses más larga que hay en el mundo fuera de China, la
tiene hoy Bogotá. Y por supuesto, continuar siendo la capital mundial de
la bicicleta, ya tenemos 560 kilómetros de ciclorrutas y tendremos 800
al final de mi gobierno. De manera que esa es la transición energética
del transporte, que supone la mitad de las emisiones en Bogotá. Este
nuevo sistema multimodal limpio, de energías sostenibles va a permitir
que reduzcamos la mitad de esa mitad de emisiones.
El otro tema crítico es el manejo adecuado de residuos sólidos.
Vergonzosamente, Bogotá todavía entierra basuras, lo cual es una
tecnología del siglo XIX. Tenemos un plan a diez años para transformar
eso en un sistema de manejo de residuos sólidos de economía circular,
que nos permita transformar residuos sólidos en energía limpias que a su
vez nutran los demás servicios de nuestra ciudad inteligente con
energía limpia.
La tercera gran oportunidad en este momento es la aprobación del plan
de ordenamiento territorial. Bogotá ha fallado durante 17 años en
actualizar su plan de ordenamiento territorial a ciudad verde, a
estándares verdes, a estándares de inclusión social, a estándares de
ecoconstrucción. Esperamos que en diciembre de este año el consejo de la
ciudad apruebe ese plan de ordenamiento territorial que, entre otras
cosas aquí en la COP26 (…) ha sido reconocido muy audaz, verde,
sostenible e inclusivo.
Noticias ONU: ¿Cómo ve el futuro de las ciudades
como presidenta del C40 en medio de todos estos problemas que tenemos
en estos momentos con el COVID-19
y todos estos otros retos que tienen las ciudades? ¿Cree que tal vez
hay un freno en la lucha contra el cambio climático porque existen cosas
como más rápidas que hay que abordar?
Claudia López: Sin duda, la presión de la emergencia
del COVID-19 nos puso a todos a trabajar juntos, primero, para salvar
vidas y ahora para reactivar la economía. Entonces hay una gran presión
por volver a generar crecimiento.
Pero queremos que ese crecimiento sea justo y sea verde. En vez de
que sea una amenaza, sea una oportunidad. La verdad es que cada vez en
la historia de la humanidad que ha ocurrido una pandemia siempre ha
surgido esta idea que las ciudades son un problema y las ciudades no van
a sobrevivir. Y la verdad es que después de cada pandemia, después de
la llamada gripe española, hace casi un silgo, después del cólera,
después del ébola y ahora después del COVID, las ciudades siempre han
salido no solo bien, sino mejores. Siempre se han fortalecido. En vez de
menos ciudades, vamos a tener más ciudades; en vez de menos población
urbana, vamos a tener más población urbana.
De manera que la gran oportunidad de juntar la innovación requerida
para el cambio climático y la innovación requerida para el posCOVID-19
está justamente en las ciudades donde ya vive el 56% de la población
mundial y en muy pocos años el 70% de la población va a vivir.
Por tanto, la pregunta no es si la humanidad va a vivir o no en
ciudades; sino, si va a vivir en ciudades más sostenibles, inclusivas y
verdes. Tenemos la tecnología, al nivel local tenemos el capital
político, pero necesitamos que las inversiones e incentivos tanto de los
gobiernos nacionales como del sector privado se alineen con las
demandas de los ciudadanos y el liderazgo de las ciudades para poder
sacar esta agenda adelante.
Mientras
millones de personas en todo el mundo salían este sábado a las calles
de para exigir una mayor acción climática, algunas de las naciones que
participan en las negociaciones de la COP26, se comprometieron a
invertir en estrategias ecológicas y en un enfoque más verde de la
agricultura.
La
Madre Naturaleza o como se conoce en América Latina, la "Pachamama",
ocupó el centro de atención de la conferencia climática de la ONU justo
cuando ésta llega a su ecuador.
El medio ambiente es fundamental para nuestra supervivencia:
proporciona el oxígeno que necesitamos para respirar, regula los
patrones climáticos, proporciona alimentos y agua para todos los seres
vivos, y es el hogar de innumerables especies de la vida silvestre y los
ecosistemas que necesitan para sobrevivir.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), la actividad humana ha alterado casi el 75% de la superficie
terrestre y ha puesto en peligro a un millón de especies animales y
vegetales en la lista de especies en peligro.
El hombre ha sobreexplotado los recursos de la naturaleza,
deforestado tierras para la agricultura y la industria ganadera,
mientras que el cambio climático agudiza ahora ese proceso más rápido
que nunca, aumentando la erosión y la desertificación.
Se han contaminado los océanos, que absorben alrededor de un tercio
de nuestras emisiones de carbono, por lo que pierden su capacidad de
actuar como "amortiguadores del cambio climático", según destaca la
agencia científica de la ONU, la UNESCO.
Está claro que la humanidad está "librando una guerra contra la naturaleza", como ha dicho varias veces en los últimos meses el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, que ha instado a tomar más medidas.
"No podemos continuar arrinconando a la naturaleza y esperar que
responda. Queremos que secuestre el carbono, que proporcione los
amortiguadores para las tempestades altas y los manglares y que sea el
pulmón del planeta”, dijo este sábado a Noticias ONU la directora
ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
"Pero cuando se juega con la naturaleza, ésta nos enviará sus
facturas en forma de tormentas de mayor intensidad, más incendios, más
olas de calor y más sequías", añadió.
ONU Costa Rica / Roberto Salazar, Vista panorámica desde el municipio costarricense de Alajuelita
¿Vamos a talar bosques vírgenes, o a restaurar la tierra?
No se puede solucionar el cambio climático sin resolver el reto de la
pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas, según se
afirmó en un panel de alto nivel en el que participó Andersen.
La directora ejecutiva del PNUMA llamó a la unidad y la cooperación
para encontrar las soluciones necesarias para restaurar la naturaleza y
hacer frente al cambio climático.
"Las transformaciones socioeconómicas que necesitamos sólo se
producirán cuando restablezcamos nuestra relación con la naturaleza,
entendiendo que no podemos seguir invirtiendo en lo que daña a nuestro
planeta", señaló.
A medida que los países se recuperan de la pandemia del COVID-19,
se ha dado un gran impulso a las prácticas relacionadas con la
naturaleza para luchar contra el cambio climático y ayudar a la
recuperación económica, explicó la responsable del PNUMA.
"Cómo nos puede ayudar la naturaleza y cómo podemos ayudarla... Hay
dos mil millones de hectáreas de tierra degradada y todos necesitamos
comer. Así que la pregunta es si vamos a talar bosques vírgenes, o a
restaurar esa tierra para convertirla en un paisaje de trabajo",
subrayó.
PNUD Perú |Reserva
comunal Amarakaeri, área natural de 402.335 hectáreas protegida por las
comunidades harakbuts, yines y machiguengas en Madre de Dios, en la
Amazonía de Perú.
Los pueblos indígenas impulsan su estrategia en la COP26
Los pueblos indígenas poseen los mayores conocimientos sobre cómo
proteger la naturaleza y durante toda la semana han trabajado
activamente para influir en las negociaciones de todas las maneras
posibles, tanto dentro de la COP26 como en el exterior de Glasgow,
incluso en las protestas callejeras.
"La cultura indígena nos enseña a respetar los ríos, los lagos, las
plantas, los animales y las criaturas espirituales que viven en estos
lugares. La crisis climática no se puede resolver sin incluir a los
pueblos indígenas y sin proteger sus territorios", dijo el activista
Eloy Terena a Noticias ONU.
Noticias ONU también habló con la ex relatora especial de la ONU
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz,
quien recordó que esas comunidades son las verdaderas expertas en vivir
en armonía con la naturaleza, una razón fundamental por la que sus
territorios contienen actualmente el 80% de la biodiversidad del mundo.
“En realidad usamos la naturaleza para resolver todos nuestros
problemas de seguridad alimentaria, de agua o de cambio climático y de
otras prestaciones. Lo hemos hecho sin destruir la naturaleza, así que
tenemos mucho que compartir con el mundo y necesitamos apoyo para que
los gobiernos dejen de criminalizarnos, por proteger nuestros
territorios ", destacó.
La activista medioambiental internacional dijo que mientras las
comunidades indígenas tienen leyes y costumbres estrictas, para proteger
la naturaleza, mientras que los Estados disponen de leyes
contradictorias.
"Por ejemplo, en Filipinas, tenemos una Ley de Derechos Indígenas,
pero también tenemos una de Minería y un Acuerdo de Inversiones que
empuja a extraer nuestros recursos", señaló.
Tauli-Corpuz explicó que los representantes indígenas están
impulsando su estrategia en la conferencia para influenciar en algunas
de las decisiones que se van a tomar cunado esta concluya, entre el el
artículo 6 del Acuerdo de París que establecerá las reglas para los
mercados de carbono y otras formas de cooperación internacional.
Noticias ONU/Laura Quiñones | El Parque Nacional Tayrona en la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia.
A vida o muerte
Aunque las comunidades ancestrales casi no contribuyen al cambio
climático, se han convertido en una de sus víctimas más vulnerables.
Daniela Balaguera procede de la comunidad indígena Arhuaco, situada
al norte de Colombia. Una tribu ancestral que vive en la Sierra Nevada
de Santa Marta, una cordillera aislada y separada de los Andes, que
recorre el centro del país y actúa como fuente de 36 ríos diferentes.
"Nuestros territorios se supone que son sagrados, que son para la
conservación del medio ambiente, pero realmente no se están tratando así
y es ahí donde debemos profundizar. Si son áreas protegidas, deberían
contar con las garantías y los derechos que les pertenecen pero que se
cumplen", afirma.
Para ella, y para muchos otros activistas que se han expresado en la COP, el cambio climático es una cuestión de vida o muerte.
"Nos están amenazando con una segunda extinción de nuestras prácticas
culturales, lo cual es sumamente preocupante porque sería la segunda
masacre, la segunda aniquilación de nuestro pueblo", dijo.
ONU/Grace Barret | Activistas indígenas manifiestándose en las calles de la ciudad anfitriona de la COP26, Glasgow.
Las negociaciones siguen en curso
Las preocupaciones de Balaguera tuvieron respuesta este sábado tanto
en las calles de Glasgow como en muchas otras partes del mundo donde
activistas de todas las edades y procedencias han convocado un Día de
Acción Global.
Mientras tanto, la organización anfitriona de la COP anunció que 45
gobiernos se comprometen a tomar medidas urgentes y a invertir para
proteger la naturaleza y cambiar a formas de agricultura más
sostenibles.
Este nuevo compromiso tiene como objetivo transformar los sistemas
agrícolas y alimentarios mediante reformas en el ámbito de las
políticas, el de la investigación y la innovación, con el fin de reducir
las emisiones y proteger a la naturaleza asegurando al mismo tiempo los
alimentos y el empleo.
La iniciativa incluye la movilización de más de 4000 millones de
dólares en nuevas inversiones públicas de innovación en el sector
agrícola, como el desarrollo de cultivos resistentes al clima y
soluciones regenerativas para mejorar la salud del suelo, ayudando a que
estas técnicas y recursos sean asequibles y accesibles para cientos de
millones de agricultores.
Aproximadamente una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto
invernadero del mundo proceden de la agricultura, la silvicultura y
otros usos del suelo.
El presidente de la COP26, Alok Sharma, también anunció que 130
países que abarcan el 93% de la masa forestal mundial ya han firmado la
Declaración Forestal de Glasgow, presentada a principios de esta semana.
Sharma también informó sobre las negociaciones que se llevan a cabo
en el marco de la conferencia y señaló que se han alcanzado muchos
acuerdos sobre temas de género, agricultura y adaptación a nivel
nacional.