"Entre gustos y colores no han escrito los autores". La muestra tiene intención de ofrecerles fotografías de varios lugares u ocasiones turísticas, de mayor resolución de las que normalmente se consiguen en el ciberespacio, si aún desean de mayor resolución, no duden de solicitarlo, gracias
domingo, diciembre 25, 2011
Feliz Navidad 2011 y Venturoso Año Nuevo 2012
martes, septiembre 13, 2011
Cuarto Aniversario de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
La Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue aprobada por la Asamblea General el jueves 13 de septiembre del 2007, con 144 votos a favor, 4 en contra y 11 abstenciones.
Desde su aprobación, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y los Estados Unidos de Norte América han revertido su decisión y ahora se han adherido a la Declaración. Colombia y Samoa también han revertido su posición y han indicado su apoyo a la Declaración.
La Asamblea General, guiada por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y la buena fe en el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los Estados de conformidad con la Carta, entre otros considerandos, proclama solemnemente la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, cuyo texto figura a continuación, como ideal común que debe perseguirse en un espíritu de solidaridad y respeto mutuo:
El Congreso de la República del Perú aprueba la Ley de Consulta Previa Ley N° 29785 publicado el dia 07/09/11, cuyo Expediente del Proyecto de Ley 00089 - Ley de derecho a la consulta previa a los pueblos Indígenas u originarios reconocido en el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo ha sido el siguiente:
La Autógrafa de la Ley de Consulta previa remitida al Presidente de la República el 31 de agosto del 2011, es la siguiente:
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos - CIDH, saluda la Promulgación de Ley de Consulta Previa en Perú.
Convenio No 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, Organización Internacional del Trabajo, OIT
Derechos de los pueblos indígenas y tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales
Normas y jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, Publicado por la Organización de los Estados Americanos - OEA, Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el 2010. (Versión Html)
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas - Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, en español y aymara.
Publicado en español con autorización de la OIT al Ministerio de la Presidencia, República de Bolivia, 2007.
Los derechos de los pueblos indígenas, explicados para todas y para todos, La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y su relación con normas fundamentales del derecho internacional.
Este documento publicado por UNICEF pretende difundir la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, como una forma de promover los derechos de los niños y las niñas indígenas. Esta publicación también fue concebida como una herramienta de información y guía para los operadores del derecho: jueces, abogados e integrantes de los poderes del Estado. Si bien, el contenido toma como referente el caso de los derechos indígenas en Argentina, es útil como base comparativa de la situación en Centroamérica.
El Derecho a la Consulta de los Pueblos Indígenas en Perú
Publicado por la: Fundación para el Debido Proceso Legal, Instituto de Defensa Legal, Seattle University School of Law.
El Derecho a la Consulta de los Pueblos Indígenas en el Perú. Últimos Avances, Publicado por María del Rosario Sevillano Arévalo del Programa Social Indígena DAR - Derecho Ambiente y Recursos Naturales DAR.
El derecho a la consulta previa, libre e informada de los pueblos indígenas - La situación de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; Publicado por: due process of law foundation | Oxfam.
martes, agosto 09, 2011
Día Internacional de los Pueblos Indígenas
«Celebremos y reconozcamos juntos las historias, las culturas y las identidades específicas de los pueblos indígenas del mundo. Al mismo tiempo, trabajemos para fortalecer sus derechos y apoyar sus aspiraciones».Secretario General Ban Ki-moon
Mensaje sobre el Día Internacional de los Pueblos Indígenas
9 de agosto de 2011
En 2004, la Asamblea proclamó un Segundo Decenio Internacional, del 2005 al 2015, con el tema «Un decenio para la acción y la dignidad».
El tema del Día Internacional de este año es «Diseños indígenas: celebrando nuestras historias y culturas, creando nuestro propio futuro».
El tema subraya la necesidad de preservar y vigorizar las culturas indígenas incluidos el arte y la propiedad intelectual. También se aprovecha la ocasión para destacar a aquellos artistas, cooperativas y empresas que tienen como inspiración las costumbres de los pueblos indígenas.
Asimismo, nos recuerda la responsabilidad que tenemos como individuos consumidores de comprender que, detrás de cada pieza de tela, tejido o arte producida por una persona o comunidad indígena, hay una historia y experiencia personal. (fuente)
Continuamos con la muestra de fotos tomadas el 28 de Julio pasado luego de la juramentación del nuevo presidente del Perú, teniendo como escenario la Plaza Saan Martín de Lima.
miércoles, agosto 03, 2011
Fiesta en la Plaza San Martín por Fiestas Patrias y cambio de gobierno en el Perú
jueves, julio 28, 2011
Felices Fiestas Patrias 2011
San Martín no participó de este desembarco como lo pintara el artista, ya que tocó tierra en Pisco el día 11 de septiembre con el resto del Ejército, según lo que se había previsto.
El concepto general de la maniobra a realizar por San Martín, se puede resumir de la siguiente manera para esta primera fase de las operaciones: operar ofensivamente desde Pisco e Ica (que sería ocupada luego de dispersar a las fuerzas de Quimper), por dos ejes simultáneos y paralelos hacia el norte, uno terrestre por la Sierra y otro marítimo, dejando un elemento en actitud defensiva en Ica.
Establecer una base de operaciones al norte de Lima, lugar de reunión de los dos ejes, encerrando a esta ciudad en un círculo de insurrección general.
El eje terrestre avanzaría declarando la independencia en todos los pueblos de la Sierra (40% de la población), reclutando hombres, obteniendo recursos, batiendo resistencias realistas y sembrando la semilla de la insurrección.
El eje marítimo cubriría el movimiento terrestre reteniendo fuerzas realistas ante la amenaza de desembarcos en diferentes puntos, para dirigir el grueso del ejército al norte de Lima y esperar allí al eje de la Sierra.
Simultáneamente se lanzarían innumerables acciones de propaganda y difusión política contra España y sus autoridades, se emplearían fuerzas de guerrillas para mantener presión sobre el enemigo en la propia Lima y se tomaría contacto con figuras destacadas de los patriotas peruanos.
A su frente se destaca el campanario construido a partir del nivel del suelo, que fuera levantado como recordatorio, para albergar y preservar las tres campanas que fueron recuperadas de entre las ruinas que pertenecieran a la iglesia que allí existía entonces, la que fuera destruida por un terremoto.
Después de ese desembarco al que hicimos referencia, efectuado sin resistencia por parte del enemigo, San Martín procedió a marchar hacia el norte del río Huaura y a ocupar con sus tropas una gran zona de reunión en el valle del mismo nombre. Luego se realizaron algunas obras de reforzamiento del terreno sobre la margen sur de ese río, a fin de asegurarse ante la posibilidad de ataques por parte del enemigo realista, que había desplegado sus fuerzas al norte de Lima (próximo a la ciudad), y que estaba atento a los movimientos y desembarcos que los patriotas venían realizando desde el 8 de septiembre en Paracas (al sur).
Según nos comenta en la carta ya citada el Ing. Ingunza Simonetti, Vice Presidente del Instituto Sanmartiniano del Perú, fue en la catacumba de esta Iglesia y en los campos aledaños donde se dio sepultura a los muertos que se produjeron con motivo de las epidemias ocurridas allá por febrero del año 1821 en el Ejército Libertador.
Agregamos nosotros que dichas epidemias constituyeron un episodio muy doloroso en esta etapa de la campaña libertadora del general San Martín, que también afectó a la capital, Lima, ocupada por los realistas. Aunque allí se disponía de mayor cantidad de medicamentos.
O’Higgins pintaba aceptablemente a la acuarela y el cuadro fue realizado dibujando directamente con la acuarela sobre el papel. Más allá de los aspectos técnicos, la obra lleva sin duda el profundo afecto que este prócer sentía por San Martín, a quien quiso como a un hermano. Para realizar estas dos obras que reproducimos (esta y la siguiente), debió imaginar y asesorarse respecto a la escena, ya que no fue testigo presencial de los hechos, ocurridos en los primeros días del mes de diciembre del año 1820. En efecto, el 3 de diciembre de 1820 el Batallón Numancia, con 650 hombres dejó el servicio al Virrey del Perú y se pasó al Ejército Libertador. Durante los días previos se habían tenido algunas noticias de la intención de los sublevados, quienes al mando del Tcnl Tomás Heres y algunos rebeldes penetraron en la tienda del jefe y lo intimaron para que se entregara, tomando el control de la unidad.
El pasaje del Numancia a las filas patriotas representó un gran golpe para los realistas ya que al efecto psicológico que produjo esta pérdida se le sumó el refuerzo que dicha unidad significó para los reducidos efectivos de San Martín, quien no fue ajeno al hecho, sino que lo propició a través de correspondencia secreta que mantuvo con los conjurados, ni bien supo la situación que se vivía en el seno de esta unidad.
Cumplido esto, “Su abanderado recibió de manos de Tomás Heres, como este lo había recibido, hacía un instante, de las manos del Jefe del Estado Mayor General, el pabellón del Ejército Libertador, ya iluminado con el brillo y ornado con los laureles de Chacabuco y Maipú.”
El Libertador expone en Punchauca, en forma brillante su posición y el Virrey, gratamente impresionado, promete analizar la propuesta y ponerla a consideración de sus generales. Unos días después, presionado por sus jefes, su respuesta será negativa. La guerra estaba asegurada.
De lo que propuso San Martín en aquella reunión ha quedado la relación del Coronel Tomás Guido que dice así: “Si V. E. se presta a la cesación de una lucha estéril y enlaza sus pabellones con los nuestros para proclamar la independencia del Perú, se constituirá un gobierno provisional presidido por V. E. compuesto de dos miembros más, de los cuales V. E. nombrará uno y yo el otro; los ejércitos se abrazarán sobre el campo; V. E. responderá de su honor y de su disciplina; y yo marcharé a la península si necesario fuere, a manifestar el alcance de esta resolución, dejando a salvo en todo caso hasta los últimos ápices de la honra militar, y demostrando los beneficios para la misma España de un sistema que, en armonía con los intereses dinásticos de la casa reinante, fuese conciliable con el voto fundamental de la América independiente.”
Refiere Guido que todos escucharon estas palabras con signos inequívocos de alegría y calurosa aprobación, aclarando el virrey que consultaría a sus mandos militares. Estos, como ya se ha dicho, “manifestaron su opinión contraria por cuanto consideraron que la propuesta de San Martín sobrepasaba las instrucciones recibidas de España, las que prohibían expresamente tratar sobre la base de la independencia.”
En la plaza había unas 16.000 personas luciendo la escarapela Nacional y aclamando el paso de San Martín con las demás autoridades, quienes siguiendo la costumbre de la época, dieron una vuelta completa para detenerse frente a la Casa del Arzobispado. Luego el Libertador se dirigió al centro de la plaza, donde un tablado con alfombra roja había sido levantado, subiendo a él con las principales autoridades. San Martín tomó el Estandarte de la Patria, que le entregó el gobernador y dijo: “El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende.” Luego procedió a batir el pendón repitiendo con emoción: “¡Viva la Patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la Independencia!.
Las campanas de Lima, los cañones, las bandas militares y la gente, se dejaron oir después por largo rato.
El acto se repitió en tres plazas más de la ciudad, frente a la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, frente a la Iglesia de las Descalzas y en la plaza de la Inquisición (hoy Bolívar), repitiendo San Martín sus palabras de proclamación.
Por la noche se ofreció un baile de honor al que asistió muchísima gente, y aunque quedaban por delante muchos obstáculos por salvar, muchos combates por librar, y mucha sangre por derramar para gozar en plenitud del fin de la dominación española, San Martín pudo cumplir la promesa que había hecho a los pueblos de América.
El general Bartolomé Mitre en su “Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana” opina sobre este punto diciendo: “...pero al asumir la dictadura fatal que las circunstancias le imponían, se inoculó el principio de su decadencia militar y política.”
Pero recordemos los hechos. El 26 de julio de 1822 San Martín se encuentra con Bolívar y se produce la conferencia de Guayaquil. “Al fin se cumplieron mis deseos de conocer y estrechar la mano del renombrado general San Martín.”(exclamó Bolívar.)
San Martín contestó que los suyos estaban cumplidos al encontrar al libertador del norte. Después de una ceremonia de recepción quedaron solos y hablaron sin testigos por el lapso de más de una hora y media. Al día siguiente, 27, se reunieron otras cuatro horas.
Esta conferencia, que ha sido detalladamente estudiada y analizada a través de los años, podría extendernos largamente en su tratamiento, pero no es ese el objeto de este trabajo. Sólo hay un punto que nos interesa destacar y es el hecho concreto de que San Martín toma conciencia en ese acto, de su condición de obstáculo para obtener el apoyo por parte de Bolívar a fin de terminar la guerra en el Perú.
Resulta oportuno aclarar en este punto, que no se discute si esa fue realmente la decisión de Bolívar, o su intención durante las horas que se reunieron, sino simplemente que esa fue la convicción que se formó nuestro prócer, tal cual dirá en su carta a Bolívar escrita un mes después de la entrevista: “...yo estoy íntimamente convencido de que, o no ha creído sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes con las fuerzas de mi mando, o que mi persona le es embarazosa.”
Recordemos, antes de seguir, que un dilema es un argumento que presenta una alternativa de dos proposiciones, o un razonamiento construido de tal modo que ofrece como conclusión válida dos alternativas que se derivan de una misma premisa, ambas malas o desfavorables. El dilema más famoso que existe quizás sea el que se expone en el monólogo de Hamlet (de la obra homónima de Shakespeare). En él se pregunta el príncipe, abrumado por las circunstancias que le tocan vivir, ¿qué es mejor para el alma: ser o no ser? (¿vivir o morir?).
Los términos que plantea el dilema del Libertador son: ¿qué es mejor para el Perú, permanecer o retirarse?
Permanecer implicaba, según su convicción, no obtener el apoyo de Bolívar para la pronta culminación de la campaña; la prolongación de la guerra (ya crónica) sin poder definirla; el mayor sufrimiento del Perú, que debía soportar su carga de destrucción y muerte; el crecimiento del malestar interior; el surgimiento de las pasiones políticas y hasta el quiebre interno. ¿Hasta dónde se pueden exigir sacrificios a los pueblos cuando se tiene la inquietante percepción de no contar con las herramientas para lograr el triunfo?
Retirarse podía parecer un abandono de sus altas responsabilidades y obligaciones, con el riesgo de ser condenado por la historia, mancillando su honra y prestigio, valores que constituían su única fortuna y orgullo.
Pero al retirarse lograría la venida de Bolívar al Perú con su ejército, eliminado el obstáculo de su presencia, y al mismo tiempo al retirarse eliminaría las sospechas sobre sus propias intenciones, que injustamente lo suponían con deseos de coronarse rey o emperador, y al eliminarlas, aplacaría los ánimos políticos y las fuerzas de la dispersión.
Pero por sobre todas las cosas, retirarse era prestar el mejor servicio al Perú y ese fue siempre su pensamiento supremo. Con esa idea lograba romper el cepo del dilema. Ya no eran igualmente malas o desfavorables las premisas de permanecer o retirarse.